Y ya después de mucho tiempo
de que inicié, abandoné, retomé y abandoné de nuevo este espacio de lectura, me
encuentro otra vez aquí con ganas de desahogarme.
Hace ya un rato que había mencionado
cierto proyecto literario que tenía entre manos (hace 5 años que lo comencé y 4
años que lo anuncié) cuya historia es bastante graciosa, al menos para mi pues su
inicio tiene lugar en un acontecimiento de hace tiempo cuando eventos sucedidos
en el país afectaron mi preocupación (nuevamente) tanto en la esperanza hacia
mi amado pueblo, como a -y quizás mayormente- mi círculo social de amigos hermanos míos
donde en tiempo de ya vieja experiencia en el camino azul en una búsqueda de la
verdad, percibía yo actitudes y demandas de un entender o un razonar bastante
arcaico en base a lo que se predicaba en este ya mencionado círculo social,
esto me llevó a escribir mi descontento en un pequeño texto que decidí llamar “Justicia
vs Venganza y La cacería de Brujas” este texto lo publiqué aquí en este
BLOG, y que debido a la mediocre información que circula en redes sociales y de
la cual ahora todos están adoptando como la nueva TV donde cada vez que
intentan figurar su conocimiento y pensares solo evidencian la nefasta cantidad
de tiempo que pasan a merced de esta ahora “chismografía celeste” donde las
supuestas noticias -que de noticia nada tienen- basadas en el antiguo arte del correveyfijate y el correveydile
ha provocado que toda información sea pasajera, vana, pervertida y se pierda a
velocidad record en aquel mundo, lo que hizo que mi texto pasara completamente desapercibido
(sin ofender a las siete lecturas registradas por el BLOG donde tres eran mías)
en la búsqueda de que este corazón hecho texto llegara a otras personas y
latitudes, intenté meterlo en alguna revista o periódico local donde fuera
aceptado, fue rechazado por no tratarse (yo merengues) de un “personaje conocido”
(pues muchos me preguntaban ¿y usted es periodista? O ¿y de donde es usted?
¿sale en la tele?) y más importante protegido por derechos de autor, esto
último es necesario al parecer para publicar cualquier texto dentro de
cualquier producto público de cualquier índole regido por estas leyes y condiciones,
así no les causo problemas legales y de paso me protejo a mí mismo de piratas y
ratas que se vieran interesados por sacarle provecho a esas quizás tres
hojitas de Word a 11 puntos que había escrito, desmotivado pero no vencido
investigue la forma de registrarme ante “Indautor” o como sea que se escriba,
con la ayuda de una querida amiga que me facilitó muy buena información al
respecto, lamentablemente, yo tenía que ser dueño de una obra literaria -en
este caso- para poder hacer el trámite, con dicha obra ya impresa y diversas
condiciones que si investiga un poco el tema querido lector podrá descubrir,
las tres hojitas de Word a 11 puntos que había escrito no fungían para
nada como una obra literaria, así que consideré la posibilidad de crear una
para poder meter mi tan mencionado texto dentro de la misma y así llegue a más público.
Al parecer mas allá de la crítica
social e irregularidades de mi entorno, tenía sustancia exquisita que expresar,
conocía muchas historias que quería compartir, muchas muchas experiencias
vividas en mi recorrido de la niñes a la edad adulta, y de esta propuesta
salieron bastantes textos que adapté a cuentos cortos de narrativa, esto sin
saber nada de literatura ni gramática, pensé en que si había reglas para esto
me las pasaría por el arco de triunfo.
Y aunque dos que tres personas
muy valiosas y cercanas quisieron apoyarme económicamente para materializar
este trabajo en ya una obra literaria, me negué a aceptarlo pidiendo apoyo de
otra índole, la de sus corazones, en vez de aceptar dinero les presente
diversos cuentos pidiéndoles su honesta opinión, cuentos que intercambiaba
dependiendo la persona, eso me ayudaría muchísimo desde mi condición de querer
cambiar muchas partes de los distintos textos, y en efecto así fue, las
opiniones me levantaron el animo lo que me motivó a seguir echándole galleta, después
de escribir a lo bestia me propuse implementar la misma practica con los
grandes amigos que se decían ser mis amigos, para ello utilice a la ramera de Facebook
pues al parecer ahí están todos conglomerados y desde ahí les pedí un parote.
Conocidos muy cercanos, amigos
de tiempo e inclusive personajes del ya mencionado circulo social al que estaba
yo enamorado, y vaya sorpresa me di al darme cuenta que después de 4 años (y
sigo esperando que esos disque amigos se acuerden) de los casi 50 que pedí el
favor, solo 2 respondieron, solo 2 leyeron los tres cuentos (mandé tres por
persona) y solo 2 hermosas personas se tomaron el tiempo para leer y decirme al
menos, pues me gustó o la neta no me gustó.
Por supuesto que esto provoco
que le echara mas galleta al asunto y me hizo entender muchas cosas, cosas
contundentes que en efecto aplicaría tanto a mi vida diaria como a mi percepción
y entendimiento de los diferentes conceptos que replica esta raza de humanos, a
tal grado que hoy por hoy me simplificó mucho mucho las cosas pues aprendí a
confiar mas en mi mismo y ahora pienso que todo aquel que cree que la pandemia
existe, es un idiota, sin sentido común, así de fácil.
Pero bueno, el proyecto está
detenido y hoy me da gusto retomarlo, y claro agradesco no haberme dejado llevar
por lo fácil pues de haberlo publicado seguro me arrepiento pues hoy leyendo
ciertos escritos pues qué barbaridad, requieren un retoque, pero bueno para que
yo comenzara a escribir sin parar esa fue la idea detonante, la voluntad
incansable de realizar esta obra literaria: meter mis tres hojitas de Word a
11 puntos para que sean leídas, sin embargo no encontré lugar ni forma de
integrar esto en una historia, así que la expongo aquí como nota final,
esperando le interese leerla y de ser así, le haga recapacitar varias cosas
acerca de nuestro comportamiento ante nuestra posición de sociedad civil,
habitante, pueblo o gente en este amado hogar llamado México, donde todos somos
gente, gente de México.
Los acontecimientos expresados
en este texto ya llevan un ratote que pasaron,
imagínese querido lector, fueron antes de la falsa pandemia, y como ya nadie
recuerda nada antes de la falsa pandemia pues le va a sonar extraño, pero no se
deje engañar, que los mexicanos (desde mi mas sincera opinión) poco han
evolucionado.
Justicia
vs Venganza y la Cacería de Brujas
¿Sabes diferenciar entre
justicia y venganza?
Es triste saber que aún existe
en estos tiempos una forma de creer donde - al menos aquí en los mexicos -
"justicia" es sinónimo de castigo, el sistema de justicia que tiene
México se basa en castigar a aquel que ha cometido un delito, y delito a los
ojos de los jueces más hipócritas del sistema de gobierno y de la sociedad,
ósea todos.
Aquí choco terriblemente
porque quizá la experiencia que tengo con este tema es sobre todo negativa,
pues la mayoría de conocidos que tengo que pisan la cárcel o son sometidos a
este “sistema de justicia” por ya sea sus arranques de desesperación por la
situación económica o el muchas veces triste estilo de vida que llevan,
consecuencia del mismo sector educativo y social, resulta que salen peor de
como entraron, y con peor me refiero a que un castigo consecuencia de una
agresión o un delito hacia un semejante solo crea mayor odio o desesperación de
la que ya carga el sujeto, haciendo más complicada su ya de por sí difícil
situación, pues, en vez de indagar o desenmarañar los misterios de una mente
carente de compasión o respeto a sus semejantes, el sistema de justicia se
limita – terrible y perezosamente y como ya dije- a implementar un castigo
igual o incluso peor y más criminal que el del propio sujeto, imponiendo un
intento de reflexión hacia sus acciones que obviamente no dará resultado, e
incluso agravian el dolor y odio, convirtiendo a las absurdas e injustas leyes
de un sistema de gobierno en amenazas directas hacia el pueblo, solo para
mantenerlo a raya cumpliendo el concepto de control sobre la sociedad que le
permite exprimirla a voluntad.
Para esto basta con permitirse
dialogar con alguien que ha pisado la cárcel o un anexo para darse cuenta del
terrible trato que reciben por parte de las supuestas autoridades que rigen
estos patíbulos sanguinarios.
Por otro lado, es realmente
triste que el pueblo mexicano crea en este arcaico sistema de justicia -que de
justicia nada tiene- casi ostentando que
entienden el concepto de la misma y hasta creen ser candidatos perfectos para
dictarla, para fungir como jueces.
Y este es el verdadero
problema, que todos toman el papel de juez, sentenciando y condenando a sus
semejantes con el limitado concepto del OJO POR OJO dando vida a esa “Tierra de
Hipócritas” de la que habla aquel poeta.
Lejos de pedir justicia, lo
que realmente piden es venganza, piden el castigo hacia aquel que los ha
ofendido, los ha lastimado, los ha insultado, provocado, asustado, contestado
mal o hasta los ha visto feo, porque realmente ¿quién se mira a si mismo antes
de juzgar a otro?
¿Qué te Gobierna México?
Es verdad que México presume
de un sistema de gobierno bastante eficiente, pero en realidad es que no
gobierna nada, está claro que no dirige, no ayuda, solo figura, impone, pero yo
te pregunto querido lector ¿es realmente el gobierno quien te gobierna? O ¿Qué
es eso que te gobierna?
¿Somos o no somos?
Pero aquí hay una
contradicción bastante peculiar, la sociedad ya está muy molesta, está harta,
está emputada mijo, al preguntar sobre la situación de su pueblo, es curioso
cómo no pueden esperar a revelar todas esas quejas que tienen hacia sus
gobernantes, tachando así a su gobierno como lo peor y principal responsable de
sus desdichas, mucha corrupción, mucha violencia, pereza, injusticia,
indiferencia y muchos conceptos negativos que por alguna razón tienen bien
ubicados ¿será porque tienen que lidiar con ellos día con día?
Pobreza, corrupción, crimen,
desfalco, inseguridad, injusticia, robo, etcétera… Vaya que es interesante como
las personas hablan de su casa, de su hogar.
Ahora lo curioso es que ante
cualquier adversidad ¿Por qué acuden a él?
Es decir, si no están de
acuerdo con las leyes ¿Por qué acuden - digamos - a las ineficientes
autoridades cuando son víctimas de un asalto? ¿O cuando tradicionalmente los
porros aplacan una manifestación? ¿O cuando se tapan las coladeras inundando
las calles por esa enfermedad llamada consumismo que se transforma en basura y
que resulta que nadie tiró? ¿O porque se cuelgan “ilegalmente” de los postes de
luz? ¿O porque hay baches? ¿O porque hay un drogadicto afuera de su casa? ¿O
porque hay un carro mal estacionado? ¿O porque el vecino hace mucho ruido y no
te deja dormir? ¿O porque hay gente pobre en las calles? ¿O porque los “Ninis”?
¿O porque hay un tipo misterioso afuera de su casa que les da miedo? O porque
¡CHINGUE A SU MADRE EL GOBIERNO!
¿A poco no es eso una
hipocresía?
Mi amigo Aniceto me contaba lo
furioso que estaba con sus compañeros de trabajo y más que nada con su jefe,
pues resulta que fue suspendido un día sin gozo de sueldo pues decidió no
presentarse a trabajar un día sábado que casualmente coincidía con un peculiar
número de día en su calendario que resulta ser “Festivo” a lo que según las
leyes debe pagarse al doble o triple, como esto último no sería “respetado”
decidió no presentarse a trabajar en honor a la revolución y la democracia y un
poco de rebeldía, casualmente poco después fue corrido del trabajo por un largo
historial de faltas injustificadas y retardos en su horario laboral y un poco
de rebeldía.
Es un ejemplo bastante absurdo
lo admito, pero a eso me refiero, Aniceto era el primero en quejarse de las
leyes laborales de la empresa o cualquier otra ley y ni se diga a la hora de
llevarlas a la práctica, pero cuando se trata de un beneficio para Aniceto se
le olvida su revolución y su rebeldía.
Lo mismo pasa con el gobierno,
el pueblo ya lo considera ineficiente pero aun así no deja pasar la oportunidad
para exigirle resultados, exigirle un cambio, exigir acabe con la pobreza,
exigir acabe con la corrupción, exigir acabe con la inseguridad, exigir acabe
con los secuestros, exigir dé fin a los acosos, exigir aumente el salario
mínimo, exigir acabe con la delincuencia, exigir exigir exigir…
¿Qué te Gobierna México?
¿Es codependencia? O ¿Por qué
se sigue reconociendo a un gobierno como tal? Porque a decir verdad, creer que
el gobierno tiene la obligación de resolver todo lo ya mencionado solo porque
usted querido lector paga impuestos, me parece más una absurda escusa y
pretexto para culpar a alguien y poder mantener a flote el mediocre madero de sus
vicios y apegos, porque seamos sinceros ¿Dónde vienen esos impuestos? ¿De qué
forma se hace rico el gobierno y las empresas? Y ¿Qué tan fuerte es su
voluntad, querido lector, para detener
su consumo, adicciones y comodidades para hacer temblar el sistema entero?
Estamos conscientes de que vicios y adicciones hay muchos, no solo el alcohol o
el cigarro o las drogas lo provocan, azucares, refrescos, internet, TV, tecnología,
electrónica, el trabajo, el chisme, la crítica, la ira, la burla, la ofensa, la
mentira, la vanidad, los deseos, la cogedera, religión, por mencionar algunos,
ni buenos ni malos, vicios, apegos, todos consecuencia de una carencia en su
ser, en su espíritu, carencia que debe ser encontrada y trabajada, ¿Estamos
listos para eso? Porque debe saber que tiene la fuerza suficiente para cambiar
cualquier aspecto de su vida, de lo contrario lo único que hacemos es culpar a
alguien más de nuestra participación y oportunidad con el prójimo en el
servicio, se cree la víctima y toma el papel de juez para sentenciar e imponer
cambios a su entorno y nunca a su centro.
¿Justicia por mi propia mano?
En el otro extremo, el pueblo
harto de la vida que lleva decide que si las autoridades no capturan y
ajustician a los criminales, lo hará el propio pueblo haciendo justicia por su
propia mano. ¿Cuál es esa mano? ¿De qué modo?
Justicia vs Venganza
“Justicia
no es castigo, justicia sin amor es injusticia, ¿Cómo la justicia va a castigar
o destruir a un ser llamado criminal o violento cuando ya está destruido y es
por ello que delinque?”
Ya no se trata de quien la
deba si no de quien la pague
Poco a poco los casos en los
que el pueblo reprende, golpea, quema vivos y asesina a supuestos criminales
van tomando fuerza, al parecer esta es la definición de justicia que el pueblo
tiene, un acto de violencia, un ritual demoniaco donde la muchedumbre desahoga
su furia, su miedo, su inseguridad que es miedo igualmente, su ignorancia, su
decadencia, sus frustraciones, su resentimiento, su dolor, su cobardía, su
impotencia, su locura y lo llaman justicia.
Es solo el dolor del ego el que
clama venganza, no justicia, su justicia no es justicia, es simple venganza.
Somos seres muy sensibles y
estamos conectados unos a otros y así mismo con todo lo que nos rodea,
cualquier acto de odio o violencia hacia un semejante en consecuencia lo
sentiremos en nosotros mismos, pero la interpretación ya depende de cada mente,
pues puede generar en ti empatía y en otro gusto y en otro compasión y en otro
impotencia y en otra tristeza y en otra dolor y en otro gracia y así un sin fin
de sentimientos, pero el acto es para todo aquel que lo presencia, por eso
mismo es muy importante no dejarse gobernar por las emociones, estar alerta, en
su centro, centrado, sereno moreno, no estar en la pendeja pues, tu creencia de
justicia no es la misma para otro, aquí empieza la cacería de brujas.
Hace poco tiempo se dio un
evento en el CCH Azcapotzalco donde una manifestación fue reprimida con
violencia por otros manifestantes que han etiquetado como porros, un evento
bastante triste pues evidencia lo limitada y retrasada que está la sociedad y
el país.
Esto desató en el pueblo
hipócrita un llamado a las autoridades para que se haga venganza, para que
todos estos jóvenes golpeados y que algunos hasta al hospital fueron a dar,
sean vengados.
Esto es un tema bastante
controversial, fuera de las razones por las que los alumnos agredidos
decidieron hacer paro estudiantil y manifestarse, que están en todo derecho
pues es una respuesta a las irregularidades que aparecen en el plantel y que
solo son comprendidas por aquel que trabaje y estudie ahí y que la violencia
nunca es solución para nada, hay algo fuera de todo esto que me llama mucho la
atención, la hipocresía del pueblo.
Y es que parece ser que solo encarcelados,
hospitalizados, golpeados o muertos existen para el pueblo, y solo así prestan
atención.
¿Qué quiere decir esto?
Que todos estos eventos tan “FUERTES”
que pasan, el nivel de violencia que hay en el país, es una especie de
requerimiento para despertar, lamentablemente se requiere de estos cantos
catastróficos para que el pueblo preste atención, para que se dé cuenta de
donde está parado, para que reflexione, pero ¿hasta cuándo? ¿Cuántos jóvenes
muertos más se requieren? ¿Cuánta violencia más? ¿Cuántos gobiernos idiotas
más? Si el agua ya nos llegó al cuello.
¿Puedes ver el patrón?
Fue triste observar que la
respuesta de muchos fue la misma, exigir, exigir a las autoridades lo
solucionen, “QUEREMOS JUSTICIA” los medios como siempre aprovechándose de esto
para desaparecerlo lo más rápido posible y ganar sus respectivas audiencias y
televidentes para hacerse notar, y la otra televisión –las redes sociales- con
la cacería de brujas, evidenciando y señalando sospechosos y a otros
participantes para así puedan capturarlos y aplicar la venganza y castigo.
A sabiendas de que cada vez
más aquel “criminal” está expuesto a la muchedumbre asesina como se ha venido
viendo, todos colaboran en un intento decrepito de figurar como justicieros,
como personas empáticas al dolor ajeno ocultando su ignorancia de lo que pasa
en su país, condenan, señalan, cooperan en la captura de sus semejantes con el
derecho de juzgar los actos de los demás, cual si un santo fueran, cual si su
camino lleno de estiércol han terminado de limpiar, es así como son participes
de la cacería de brujas, sin saber la gran carga que se echan encima al
condenar a alguien, al mandarlo al matadero y solo repiten la historia una vez
más, una muchedumbre de criminales ignorantes bien comidos (y otros no pero
enojados) pidiendo que crucifiquen a su hermano otra vez, hermano que no se
permiten conocer, porque al parecer al pueblo le encanta traer colgado al
nazareno siempre en la cruz, no lo quieren bajar.
Al condenar a alguien te
condenas a ti mismo
Otro caso muy sonado fue otra
ya clásica reprimenda por parte del gobierno hacia los manifestantes, pero en
esta ocasión fue hacia un grupo de maestros que igualmente iniciaron un paro
estudiantil, como es costumbre llegado el momento un grupo de policías
antimotines golpearon a los maestros para deshacer aquella manifestación, lo
más curioso es que ahora esos mismos maestros que protestaron y otros que no
pero apoyaban su causa sentaditos en su casa, exigen a las mismas autoridades
que los golpearon a que capturen a aquellos porros golpeadores.
Y así se van repitiendo
historias similares adoptando tendencias y modas según lo aprendan, cual
primates observando diversas actitudes en su ambiente, imitándolo sin pensar
las consecuencias de sus actos, ahora el ambiente es la TV y la otra TV (Las
redes sociales) y el primate puedes ser tú, de todo corazón y con el perdón de
los simpáticos chimpancés.
Ahora se encuentran nuevamente
atrapados por la otra TV (Las redes sociales) quienes en su decadencia
revestida de novedad, les suelta un poco más la ya vieja y oxidada cadena
penitente a sus esclavos permitiéndoles figurar como protagonistas y ya no
tanto como simples espectadores como lo hacía la original TV, dándoles rienda
suelta a proponerse como los mejores actores de su repetida e individual
película, fragmentando aún más sus sociedades haciendo la guerra de los unos
contra los otros cuando son los mismos, la guerra ahora es de Caín contra Caín,
criminal contra criminal, enseñando a cuidarse las espaldas, a defenderse de
los asaltantes o matarlos si es posible, el miedo hablando de miedo, pero todo
a un nivel de locura colectiva, locura sin fin por que buscan culpables por
todos lados cuando lo están encarnando, ahora visto con los acosos a las
mujeres en el transporte y más los intentos de secuestro que al parecer de
intentos no pasaron, nuevamente la histeria colectiva toma a las masas quien
sin darse cuenta caen en la pegajosa y aferrada charca de brea a hundirse a
lento ritmo en esa negra inmundicia, llamando a una supuesta unión de un solo
género desuniendo la armonía, quebrando la diversidad, manteniendo la guerra de
géneros, la guerra de sexos cuando ambos padecen de lo mismo, las mismas
carencias, los mismos miedos, ambos sin atender la lujuria que traen trepada, y
entendemos por lujuria al abuso de la cogedera ya sea en acción, pensamiento o
por omisión, o la vanidad que como fin intenta despertar bajos instintos y se
ve rebasada cuando los despierta en una bestia que no puede controlarlos, pues
es realmente la consecuencia de sus acciones la que les cae encima llegado el
momento, pues ¿Quién realmente actúa en honor a la libertad y no al ego, o a la
vanidad, o a la soberbia? Y así, todos buscan el problema, la raíz de su
desdicha y nunca la ven, culpan al animal, culpan a la bestia.
Si las leyes son crueles ¿Por
qué condenas a tus hermanos?
Entonces llegamos a algo
curioso, el pueblo desea el dolor a su pueblo, es cierto que el enojo o el
dolor nos hace decir cosas de las que luego nos arrepentiremos, pero vaya que
es un círculo vicioso esta absurda creencia que parece más una excusa para
lavarse esas manos, esas manos ¿qué tan limpias están? Como para que puedas
levantarla para señalar a alguien sin que envenenes o ensucies al que está a tu
lado.
¿Quién realmente es justo en
sus actos para hablar de la justicia?
Dios, gran misterio, gran
espíritu, madre tierra, pachamama, sus hijos no creen en tu justicia, aplican
la de ellos…
Creen en la existencia de
dios, están de acuerdo en que ÉL los guía, en que todo lo que les pasa es
resultado de una serie de consecuencias requeridas para su crecimiento, para su
evolución, pero aun así condenan a quien
los lastimó, a quien los ha despojado de sus pertenencias, sus posesiones,
lloran porque les arrebatan esas cosas materiales que los vuelven miserables,
que los vuelven esclavos, no quiero ni pensar el día que tengan que entregar el
cuerpo, su vida, entregar el espíritu a dios, ese dios al que tanto le rezan
para pedirle cosas, más cosas.
Entonces ¿es el pueblo
mexicano un gran hipócrita? ¿Un mentiroso? ¿Un doble moral? ¿Un injusto? ¿Un
doble cara?
No lo es, solo es un poco
ciego.
Solo hace falta pulir más esa
conciencia, pues de lo que si no se puede escapar mi pueblo es de la
ignorancia, pues la verdad está frente a sus ojos, en sus hermanos, en su vida,
en los árboles, en sus acciones, en sí mismo, está dentro de sí mismo, y no la
ve, no la siente, la busca por todos lados, como aquel distraído que busca y
pregunta por algo que tiene en la mano, la respuesta ya está ahí.
Las clasificaciones, las
etiquetas, los géneros, son conceptos que desecharemos con el tiempo, para
darle la bienvenida a la aceptación, al respeto, al amor, nos daremos cuenta
que el hombre no nació para vengar ni ser vengado, que no es nuestro trabajo
aplicar la justicia a los demás, si no que en realidad debemos ser esa
justicia, ser justos en todo momento, para poder comprender que lo que nos pasa
no es un castigo, sino una enseñanza nueva.
Ningún árbol da su fruto antes
de tiempo y si tarda en darlo no puedes ir y obligar a que lo de, pero si
puedes ir a brindarle agua para nutrirlo, puedes darle paciencia, cariño, amor,
eso no cuesta o ¿Cuesta?