El día miércoles de la semana pasada, presencie lo que
cualquiera cataloga como “Asalto a mano armada” (a excepción de mis “compas”
que le pusieron “la pendejada del mes”)
Me encontraba esperando a mi esposa/compañera/amante/ mi
todo que se encontraba en una cita laboral, yo la esperaba justamente frente al
edificio, un tipo detuvo su paso veloz al darse cuenta de reojo- que e
encontraba muy sonriente allí sentado, él se me acerco pidiendo una moneda, le
comente que traía justo lo de mi pasaje de regreso, él, muy incrédulo no aceptó
tal respuesta a lo que insistió de forma más seria y alegando que aún no había comido
nada, la verdad es que yo tampoco había desayunado nada pero nada que ver, a
sabiendas de que quizás me metería en un disgusto con mi compañera pues tendríamos
que irnos caminando de la estación del metro a la casa, acepte darle las pocas
monedas que tenía, no satisfecho con esto y después de una nada ingeniosa
amenaza contra mi salud y bienestar, tuve que ofrendarle mi celular esperando
que le dieran un buen cambio por él.
Vaya que era un tipo muy difícil de complacer pues después de
arrebatarme el celular expreso “ah pinche chicharrón” desconozco si es un término
para un celular muy corriente o el tipo tenía tanta hambre que ya alucinaba con
comida. Después de esto dijo que tenía que comprar medicamentos para su chavo, preparándose
para salir corriendo lo detuve para regalarle una tarjeta del metrobus con un
pasaje, solo hasta entonces fue que me dijo “va, cámara ahí nos vemos” y se
fue, al menos se despidió.
No le conté nada a mi compañera en el momento, no quería preocuparla,
curiosamente ella tenía para el pasaje y no tuvimos que caminar tanto, si hay
un dios después de todo.
Esto me dio mucho en que pensar, para empezar nunca me sentí
como una víctima, me parecía que el tipo era (o es) una persona necesitada –quizás
un poco contradictoria pues comenzó diciéndome que Peña Nieto nos tenía en esta
“situación de pobreza” y que el gobierno ladrón y cosas así- aun así, de hecho
me parece que en realidad la víctima es el, víctima de robo, el tipo no dejaba
de toser, no podía sonreír y solo reflejaba dolor, no me robo nada, le di las cosas
con gusto, para ayudarlo, pero a el si le han robado, le robaron la sonrisa, la
salud, la alegría.
Por supuesto que me amenazo pero porque así mismo él ha sido
víctima de ese abuzo, no sabe hacer las cosas de otra forma, estoy seguro que a
estas alturas nadie se atrevería a guiarlo.
Dijo el amigo Jesús, Amar lo que no merece ser amado es el
acto heroico del amor.
Por cierto, si alguno de mis contactos recibe algún mensaje
por whatsapp, no es mío, aun así me mandan un saludo.
-Richi
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