viernes, 15 de marzo de 2019

Espejos Astillados

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Espejos Astillados

Ya no hay reflejos, los espejos se han astillado, ahora pareciera que es más difícil ver nuestro reflejo en el semejante, aunque ahí se encuentre.

¿Quién no escucho la frase “No le hagas caso, se está espejeando”? y puede ser muy valiosa en algún momento pero también se puede convertir en una evasiva para no escuchar el llamado de un hermano, pues si nadie nos señala en algún momento nuestros desaciertos ¿Cómo los descubrimos? Si realmente esos vicios dañinos que muchas veces cargamos son prácticamente invisibles para nosotros, y que mejor que nuestros semejantes para decirnos a donde echar una miradita, tampoco es para culparse y tomárselo personal, pues hasta una crítica en forma de caricia nos puede servir mucho, claro que esto si bien nos va porque normalmente tendemos a prestar atención solo cuando el dolor está de por medio.

Me parece muy importante que nos observemos a nosotros mismos pero también observar a los demás y ser observados, no para imponer solución sino para opinar, muchas veces es el método el que nos falta pulir pero eventualmente como toda labor en la que nos disciplinamos nos haremos diestros en el arte de hablar y callar.

Comprendo que muchas veces todas esas experiencias que nos suceden y nos sacuden tan gacho, son un encuentro con nuestro estado interior, fungiendo como necesarias para nuestro crecimiento, en la historia primera por supuesto que el perro que atacó al viejo pitbull no tiene la culpa del trato previo al que ha sido sometido y así su actitud agresiva, así como el grupo de cholillos quienes también son víctimas de la educación de sus lastimados padres que así mismo victimas de sus padres y la cadena de victimas de víctimas no termina, y nuestra labor esta en decidir poner un alto al daño, a la violencia, al maltrato, a la mentira, al dolor, al sufrimiento, al engaño, a la traición, a la corrupción pero en nosotros mismos, en nuestras acciones, porque pretender detenerlo en los demás es imponer nuestra voluntad y atentar contra la libertad del semejante, atentar contra su derecho a decidir, bello derecho, derecho que todos tenemos y si al amor decidimos dedicarnos, lo respetaremos.

Se trata de ser el ejemplo, pero no para cambiar a los demás, eso es hipocresía, sino para evidenciar que se vive más feliz así, evidenciar de que con un poco de voluntad es posible, pues, cuando se aborda la verdad, la mentira queda al descubierto y se cae por su propio peso, y lo mismo pasa con el odio, la violencia, la corrupción y todo lo demás, comente por ahí, hacer la luz en las tinieblas es el trabajo más dignos, armemos los espejos de nuevo, limpiemos el fino cristal que nos hace mirar nuestra eternidad, uno para todos y todos para uno.

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