1
Tierra de Perros
Por
mucho tiempo viví en un pueblito de descalzas gentes (pueblito porque a
mi manera de ver todos son pueblos, diferentes unos de otros en
estética económica quizás, vestimentas, dimensiones o número de
habitantes, pero todos pueblos vecinos, en este caso descalzos porque
era o es algo pobre económicamente, pues hay muchos tipos de pobreza, y
gentes porque todos somos gente) donde abundaba perros callejeros, un
tema bastante triste que quizás aborde algún día, ahora me centro en un
evento que dio lugar en esta tierra de perros, a unas cuadras de mi
hogar llegó a tomar refugio un ya anciano can, bastante agotado por el
peso de la edad y cuyas características en su cuerpo de animal daban a
entender que fue abandonado, claro que uno podía llegar a esa conclusión
por ser un casi habito de las personas que viven en aquella tierra de
perros, su cola y sus orejas habían sido mutiladas en algún tiempo con
propósitos meramente estéticos, en algún momento un nefasto personaje me
dijo que se le tenían que cortar porque cuando se pelean, aquellas
extremidades figuran como elementos que pueden ponerlo en desventaja
ante un ataque en una batalla, así que a este descendiente de lobos lo
mutilaron en su juventud muy probablemente con intenciones de combatirlo
o para protección, ambas intenciones de rancio origen, la primera es
vergonzosa y sinceramente no hay palabras para definir tan estúpido
pensamiento como el creer que hay “perros de pelea” y doy por aclarado
que me importa una verga que exista una siniestra contradicción a esto,
afirmo que no existen perros u otros animales de “PELEA” y por la
segunda intención igual de triste, este familiar de los cánidos de raza
popular pitbull que de haber servido para proteger un domicilio y como
pago recibió el abandono, dejándolo a su suerte cuando pareciera no
poder ya cumplir aquel trabajo, se encontraba resguardándose de los
fríos vientos infectos de la contaminante actitud de sus mejores disque
amigos los humanos, pasando sus días bajo el óxido de un camión que en
la mayor parte del día se estaba estacionado siendo cargado de
diferentes pedazos de metal de un negocio de fierro viejo mañanero de
unos cuantos humildes caballeros que a pesar de la apariencia mugrosa y
roída de sus ropajes que dejaba aquella jornada de desarme de
electrónicos y muebles rescatando el preciado metal, dejaron que aquel
pariente de coyote dormitara bajo la carrosa mientras esta era cargada,
brindándole ocasionalmente agua y alimento a este bello animal, más
pronto que tarde los vecinos que solo se unen y organizan para chingar a
otros vecinos, unieron fuerza y algo de prejuicio para cerrar aquel
negocio de ruidosa naturaleza y así poder escuchar en armonía sus
chismosas charlas y chaqueteros pensamientos, para bien o para mal el
negocio de fierro viejo cierra y ahora el can se encontraba al
intemperie protegido solo por el muro de la vacía y abandonada morada
donde se recargaba, en ese entonces le brindaba yo un poco de alimento y
agua dentro de lo que cabía en mis posibilidades de estudiante, además
el mismo pitbull me lo dificultaba aún más pues consecuencia del trato
que llevó, me comenzaba a gruñir tantito rebasaba la línea imaginaria
que delimitaba su zona de confianza que constaba de apenas dos paso y
medio, mi preocupación se acrecentaba al percatarme que le aparecían
diferentes heridas en su cuerpo, al principio la sospecha de que fueran
ocasionadas por un grupo de estudiantes en la carrera de ser el primero
en posarse en la esquina de la calle revestidos como chicanos e
influenciados por una exagerada película Hollywoodense cuyo doblaje al
español echó a perder misma, me llevó a pasar a horas de la noche por
aquellas calles solo para evidenciar un amargo circo donde el abuso al
desvalido era la función principal, el grupo de cholos parasitarios con
sed de lujuria y depravación soltaban a un perro mucho más joven a
atacar al viejo can que a duras penas podía levantarse a ir al baño,
esto explicaba las diversas heridas en cuello y patas que había visto,
lamentablemente mi llegada fue tardía pues entre gritos, risas y
aullidos del grupo de pseudo humanos, el perro joven ya había desgarrado
el cuello del viejo, difícilmente recuerdo la claridad del evento pues
lleno de furia, desesperación, miedo y no sé qué más, corrí hacia ellos
gritándoles que se lo quitaran, cosa que parecía eran incapaces, acto
seguido en una quizás estúpida decisión donde desconozco el origen de
los huevos necesarios que aparecieron para realizar tal hazaña, tomé al
joven perro de las patas traseras para jalarlo y casualmente solo así
soltó al viejo primo de zorro que yacía tumbado sin moverse, uno de los
cholos aprovechose del momento para tomar y levantar del pellejo del
lomo al joven can atacante, corriendo a guardarlo a su casa perdiéndose a
lo lejos de la manzana en esa noche fría, arremetí en contra de los
directores del evento a punta de gritos y amenazas valiéndome del coraje
del momento y -seguramente- por tratarse de muchachos un poco más
jóvenes y pequeños que yo, mi enojo y furia un tanto irracional provoco
me desgarrara la garganta por las diversas palabras altisonantes
dirigidas al grupo de cholitos y ocasionadas por la tristeza de ver el
cuerpo muerto del viejo canino, esto ocasionó que las jefecitas de los
nada valientes chicanitos salieran a defenderlos, junto a dos o tres de
sus hermanos mayores que ellos y que yo, donde fui rebajado y culpado
por no adoptar al viejo descendiente de lobo en vez de dejarlo en
condición de callejero “¿Es tuyo? ¿Entonces que tanto desmadre haces?
¿Si tanto lo querías por que no te lo llevaste? ¿Por qué no lo
rescataste?” -entre otras cosas.
La
educación comienza en casa, rápido me di cuenta que de nada sirve
discutir y menos en esa condición tan alterada, a nada se llega y no se
puede cambiar así a la gente, tuve que salir de allí antes de que
tuviera el mismo final que el viejo pitbull, aprovechando la presencia
de otros vecinos que salieron para quejarse del mismo grupo de
chicanitos que siempre hacen desorden en la calle, regrese a mi hogar
con diversos dolores y pensares propios de un evento seguramente
destinado a mi caminar que con calma y serenidad había que analizar y
comprender.
Nada
es por casualidad, pasaron días para que el cuerpo en descomposición
del viejo mejor amigo del hombre fuera recogido por el servicio de
recolecta de basura, yo tenía que pasar con cautela por aquellas calles
pues me había ganado un rencor de las aquellas personas ofendidas por mi
comportamiento, tiempo duré con el dolor e impotencia que adopté
creyendo culpable a toda esa bola de gente indiferente, así mismo, la
imagen del cadáver del viejo can que aparecía cada vez que por mi paso
había un perro en la mima condición de abandono, un recuerdo al que
estuve tan aferrado por tanto tiempo.
2
Miseria al miserable
La
historia antes contada sucedió en los mexicos y por más señas en
Nezahualcóyotl, ciudad del coyote que ayuna pero que sus habitantes nada
que ayunan sino que a pesar de la pobreza mucho que se atascan.
No
se crean, aquí el ejemplo de que las fronteras son solo mentales, en
todo el país y en cada uno de sus pueblos hay gente tan diversa, de todo
tipo, ninguno mejor que otro o inferior, todos con las mismas
capacidades, aunque sí diversa forma de pensar, de sentir, de accionar
pero todos provenientes de la misma fuente, y en ese pueblo:
Nezahualcóyotl, conocí a personas tan bellas y humildes, inteligentes,
gentiles y muy amorosas, también a muchos más que apenas estaban
aprendiendo a ser como lo antes mencionado.
Ciertamente
no creo en el patriotismo, me parece que es una maldición el amor a la
patria o la bandera, y aquí el primer punto que quería poner en
evidencia, es muy triste que aquellos que ostentan honra a su patria o
municipio o delegación o colonia o calle que en este caso Nezahualcóyotl
(Coyote que ayuna) traten tan mal a su primo el perro, coyotes y
perros, perros y coyotes, dejando en evidencia que, todo aquello que
figura como una personalidad, una identidad, una etiqueta o un género,
es mero ilusorio, no existe ( y aquí quiero hacer un paréntesis sobre la
prosperidad pues muchos tienen la idea de que el presidente en turno es
el mejor que nos ha tocado y demás y estúpidamente creen que es quien
debería arreglar al país cuando es propio del pueblo entero abordar esa
actitud y dar todo de sí, y en lo personal estos temas de falta de
compasión me parecen aún más importantes cuando la solución a una vida
miserable la tiene uno mismo)
Para
nada arremeto con aquella ciudad, como ya bien dije nada tiene que ver
el nombre del municipio, son las personas las que hacen grande a su
pueblo y no el nombre, pues la compasión, la bondad, la honestidad, la
inteligencia, el ingenio, el cariño y el amor no se encuentran en una
porción de tierra y mucho menos en el nombre de esta, en realidad se
encuentra en todos lados, y de estar en todos lados ¿Por qué no
tomarlos? Es decir, ¿Por qué no tomar aquellos principios y aplicarlos?
¿Que nos detiene?
Bien
se ha dicho que como personas damos lo que tenemos, pero cuando
muestras indiferencia del tipo que esta tirado a un lado de tu coche
justo por donde se va a subir tu mujer, el tipo todo vomitado,
muriéndose de una cruda todo teporocho, ¿Porque no dar la mano? no
quiero decir que le soluciones la vida como piensan algunos, porque hay
que saber que también es de sabios respetar las elecciones de los
semejantes ¿Pero cuando piden una mano? Y ya ni hablar de los otros
hermanitos descendientes de lobos que también abundan en las calles y
que en mi opinión es consecuencia de esa misma educación, gobierno,
religión y demás cosas que defienden cuando predican orgullo de su
patria.
Ni orgullo ni desprecio, solo labor, trabajo por lo que me toca, lo que me toca limpiar.
Me
parece que al ver al desvalido deja al descubierto la imagen de nuestro
propio reflejo, lo mismo pasa con el pobre o el criminal o el violento o
el agresor o el violador o el asesino, nos muestra lo mucho que aún
queda por trabajar en nuestra “limpia espiritual” y al mostrarnos la
miseria que aún tenemos en nosotros nos da por odiarlos, censurarlos, y
quien dice que ¿No es ese su trabajo? Evidenciar la mierda que hay en el
pueblo, en vez de eso seguimos pidiendo castigo, venganza, miseria, más
miseria, miseria para el miserable, cuando se ha puesto a prueba la
voluntad del corazón, pero pareciera que ya nadie se refleja en aquellos
espejos, se han astillado.
3
Espejos Astillados
Ya
no hay reflejos, los espejos se han astillado, ahora pareciera que es
más difícil ver nuestro reflejo en el semejante, aunque ahí se
encuentre.
¿Quién
no escucho la frase “No le hagas caso, se está espejeando”? y puede ser
muy valiosa en algún momento pero también se puede convertir en una
evasiva para no escuchar el llamado de un hermano, pues si nadie nos
señala en algún momento nuestros desaciertos ¿Cómo los descubrimos? Si
realmente esos vicios dañinos que muchas veces cargamos son
prácticamente invisibles para nosotros, y que mejor que nuestros
semejantes para decirnos a donde echar una miradita, tampoco es para
culparse y tomárselo personal, pues hasta una crítica en forma de
caricia nos puede servir mucho, claro que esto si bien nos va porque
normalmente tendemos a prestar atención solo cuando el dolor está de por
medio.
Me
parece muy importante que nos observemos a nosotros mismos pero también
observar a los demás y ser observados, no para imponer solución sino
para opinar, muchas veces es el método el que nos falta pulir pero
eventualmente como toda labor en la que nos disciplinamos nos haremos
diestros en el arte de hablar y callar.
Comprendo
que muchas veces todas esas experiencias que nos suceden y nos sacuden
tan gacho, son un encuentro con nuestro estado interior, fungiendo como
necesarias para nuestro crecimiento, en la historia primera por supuesto
que el perro que atacó al viejo pitbull no tiene la culpa del trato
previo al que ha sido sometido y así su actitud agresiva, así como el
grupo de cholillos quienes también son víctimas de la educación de sus
lastimados padres que así mismo victimas de sus padres y la cadena de
victimas de víctimas no termina, y nuestra labor esta en decidir poner
un alto al daño, a la violencia, al maltrato, a la mentira, al dolor, al
sufrimiento, al engaño, a la traición, a la corrupción pero en nosotros
mismos, en nuestras acciones, porque pretender detenerlo en los demás
es imponer nuestra voluntad y atentar contra la libertad del semejante,
atentar contra su derecho a decidir, bello derecho, derecho que todos
tenemos y si al amor decidimos dedicarnos, lo respetaremos.
Se
trata de ser el ejemplo, pero no para cambiar a los demás, eso es
hipocresía, sino para evidenciar que se vive más feliz así, evidenciar
de que con un poco de voluntad es posible, pues, cuando se aborda la
verdad, la mentira queda al descubierto y se cae por su propio peso, y
lo mismo pasa con el odio, la violencia, la corrupción y todo lo demás,
comente por ahí, hacer la luz en las tinieblas es el trabajo más dignos,
armemos los espejos de nuevo, limpiemos el fino cristal que nos hace
mirar nuestra eternidad, uno para todos y todos para uno.
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